Carbón,
30x45 cm.
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sábado, 10 de mayo de 2014
jueves, 1 de mayo de 2014
Composición L4-L5
Carbón, 114,5x74 cm.
jueves, 23 de enero de 2014
Peces II.
De mar, de ola, de luna.
Peces vivos de pescadores.
De sal, de puerto, de bendición.
Peces de vivas brasas.
Vivos de puro carbón.
P.S.: 45 x 29 cm.
sábado, 18 de enero de 2014
Transiciones.
En esta
ocasión,
mi viaje —virtual— a Venecia ha sido a tiro hecho. Entre
el año
anterior y este en curso (uno), me he ido a
lomos de pincel hasta Campo Manin, a interpretar las cosas que me quiso contar
esta vieja puerta. Aparte de lo compositivo, donde hubo que hacer obra para
mover acá
y empujar allá, le quise ver algo de Cezanne al juego de complementarios
entre verdes y anaranjados (dos), antes de
entrar en los suaves turquesas a través de las asperezas de los ostiones que
habitan el zócalo, entre el aire y el agua (tres).
Y justo frente a la puerta se levanta, como si todavía la custodiase, la
monumental estatua del propietario de la casa, Daniele Manin, a la que le suma
monumentalidad el enorme león de San Marco que reposa a sus pies,
y que, más
allá
del santo, hace referencia a la brevísima república homónima que presidió
Manin tras el levantamiento contra invasión austríaca, a mediados del siglo XIX. El
apellido le viene al personaje de Ludovico Manin, último dux de
la Serenissima Repubblica y padrino de bautismo
de su abuelo. Y su hijo, Giorgio Manin, formó parte de la spedizione dei Mille, que conquistó
el reino de las Dos Sicilias a las órdenes de Garibaldi, que vino a dar
con el tiempo en una Italia más o menos parecida a la de hoy. Así
que entre antecesores y sucesores (cuatro), la
puerta se entretuvo en describirme a golpes de agua una hermosa pincelada del
romanticismo decimonónico, en versión véneta.
¿Qué
no es transición?.
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